El caso Anolaima, o también llamado el caso de Arcesio Bermúdez, es el de un hombre asesinado por un ovni en extrañas circunstancias.
Anolaima es un municipio situado a las afueras de Colombia, de apenas 13.000 habitantes y es considerada la capital frutera de Colombia.
Son muchas las personas que suponen que los expedientes ovnis no son más que fruto de la creatividad de los guionistas de cine o que solo existen en Estados Unidos.
Pero nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que existen muchos casos ovnis fuera de Estados Unidos, como el Caso Manises en España, uno de los casos Ovnis más conocidos y famosos en Europa.
También hay fenómenos ovnis poco conocidos y que son tan ciertos como ocultos. Uno de ellos es el caso Anolaima, un caso en Colombia que nunca ha tenido una respuesta oficial ni de la ciencia ni del gobierno.
La aparición Ovni en Anolaima
El caso de Arcesio Bermúdez ocurrió un 4 de julio de 1969. Por aquellos días, Arcesio Bermúdez estaba en su casa de campo con varios familiares y amigos.
13 personas se encontraban en el lugar mientras un pequeño objeto volador no identificado aterrizó sobre la finca aterrando a los presentes.
Arcesio se acercó a la esfera de luz con su linterna y un machete, pero ésta respondió lanzándole un haz de luz que lo expuso por los aires e hirió gravemente a Arcesio.
El terrible suceso presenciado por los 13 testigos, los cuales relatan claramente lo que sucedió, le da más credibilidad a la historia acontecida en Anolaima.

Testigos del Caso Anolaima
Los sucesos después de la aparición y la muerte de Arcesio
Los días después de los sucesos fueron una tortura para el campesino, el cual estaba envuelto en terribles dolores y con una deshidratación que lo iba consumiendo hasta tal punto que una semana después murió sin una aclaración médica.
César Esmeral, uno de los doctores que le atendió y un médico respetado que después fue ministro de salud en Colombia, afirmó que lo que no podía explicarse era que los días antes de fallecer registraba una temperatura tan baja que costaba trabajo creer que todavía estuviera vivo tras su acercamiento con el raro ser.
Más inquietante todavía es que investigadores policías y militares después de haber investigado el sitio de los hechos hayan guardado silencio sobre esta historia desde ese momento hasta hoy.
Y lo verdaderamente raro fue que al exhumar el cuerpo del campesino su tumba se descubrió vacía, su cadáver fue robado y con toda seguridad fue a parar a alguna de las agencias de exploración gubernamentales que del mismo modo guardan silencio sobre lo acontecido.
Una conspiración del silencio que pesa al día de hoy sobre el que se encuentra dentro de los expedientes ovnis más destacables de la ufología de Colombia.